Los desafíos empresariales en la era de la transformación digital
Postado por Jorge Calvi, System Engineer para Aruba em 04/11/2019 em Artículo
Hoy día las organizaciones están saturadas de información tecnológica, estamos en un cambio de era donde los modelos tradicionales están llegando a su fin.
Nacen nuevos, sin fronteras, que priorizan la sociedad antes que en los productos que fabrican. Esto se debe a que el éxito de un modelo de negocio está más sujeto a la aceptación colectiva que a las características del producto.
Este nuevo paradigma ocurre en parte gracias a la tecnología que ha eliminado muchas barreras geográficas y culturales. Si bien esta evolución trae grandes beneficios para las personas, también conlleva un sinnúmero de retos para promover un desarrollo protegido, en el cual, las futuras generaciones tengan mayor éxito que las anteriores.
Existen muchas empresas que comprenden la importancia de la seguridad en esta sociedad digital. Sin embargo, al haber un exceso de información sobre el tema, las mismas no siempre optan por las decisiones más apropiadas.
La tecnología nos ofrece cada vez más alternativas y adaptabilidad, hoy los límites de las plataformas tecnológicas son difusos, gracias a sus capacidades de programabilidad e interacción inter plataformas. Esto sin duda plantea nuevos retos en términos de planear y ejecutar proyectos que realmente maximizen las capacidades disponibles, y que brinden soluciones innovadoras a los usuarios. El conocimiento interdisciplinario y el entendimiento profundo de las necesidades del negocio son factores claves para alcanzar estas metas.
A la hora de realizar el cambio de enfoque hacia los clientes, el principal desafío es poder transformarlo de manera eficiente y segura. La ciberseguridad es la pieza que permitirá que se realice de manera estable y permanente; por ello la digitalización que existe en las empresas conlleva a que las áreas de tecnología sean una parte fundamental del proceso.
Los colaboradores ya no son simplemente recursos, forman parte de un ecosistema que si se encuentra bien gestionado puede transformar a la organización en forma completa, logrando una continuidad exitosa del negocio.
Los empleados son la primera parte de la ecuación en una verdadera transformación digital. Cuando los involucramos, con sus habilidades duras y blandas como la resiliencia, inteligencia emocional y las capacidades de reinventarse, podemos triunfar en un mercado de cambios constantes donde es esencial saber adaptarse. Por este motivo, es necesario brindarles las herramientas necesarias para empoderarlos y potenciar sus habilidades.
Resulta fundamental deshacerse del modelo educacional basado en metodologías rígidas, los millennials pueden ser los mejores maestros para comprender los nuevos tiempos en lugar de solicitarles que ellos adapten a los modelos de negocios y organizaciones tradicionales.
Sin embargo, antes de cambiar las prácticas en el trabajo, es imperativo modificar la cultura organizacional. Hoy gracias a las tecnologías disponibles se puede trabajar desde cualquier parte del mundo. Es cada vez más común ver empresas adherir a las políticas de home-office o personas trabajando en centros de co-working donde no hay necesidad de infraestructura más que una notebook conectada a sistemas alojados en la nube que permita recibir llamadas o chat.
Los colaboradores están dispuestos a este cambio, pero hay que acompañarlos en el proceso, tanto a ellos como a los empresarios para que comprendan que es tan importante preocuparse de los clientes externos como de los internos. Necesitamos cambiar la verticalización de las empresas por organizaciones que empoderen a sus equipos de trabajo.
El éxito organizacional no se basa solamente en la capacidad académica de sus colaboradores, si no que en sus actitudes para enfrentar los desafíos que se presentar. Para ello, es necesario maximizar las oportunidades que diferencias generacionales brindan, aplicando motivaciones culturales y emocionales adecuadas en el equipo, desarrollando la actitud junto con la aptitud.
Finalmente, sobre todo involucrar a las mesas directivas para que comprendan que con la formación y el cambio cultural se puede aprender y crecer antes de que la brecha generacional se torne más profunda, impidiendo el progreso. Las tecnologías ya están desarrolladas, depende de los empresarios que innoven para poder usarlas en beneficios de sus organizaciones y colaboradores.