La definición de roles y responsabilidades en la empresa: una necesidad estratégica
Postado por Mauricio Alvarado, responsable de riesgo operacional y control interno de Solunion en Chile em 08/12/2023 em ArtículoDebido a los grandes cambios tecnológicos y de cultura corporativa, actualmente las compañías enfrentan un gran desafío: establecer con precisión las funciones y obligaciones de cada individuo, manteniendo una clara separación de tareas. Este reto es especialmente común en empresas que crecen exponencialmente centrándose solo en el core del negocio, sin dar la relevancia necesaria a la estrategia para crecer de forma ordenada.
En este contexto, la expansión acelerada de las compañías puede llevar a una nebulosa en la definición de roles, generando confusiones sobre quién es responsable de cada tarea. Este escenario, a menudo, puede afectar la eficiencia operativa y la calidad de los resultados. Es común que, al expandirse rápidamente, las empresas no diseñen una estrategia detallada para un crecimiento estructurado, lo que desencadena una variedad de funciones difusas y duplicadas que interrumpen la ejecución y disminuyen la productividad.
La definición meticulosa de roles y responsabilidades constituye el pilar fundamental para una arquitectura corporativa eficiente y eficaz. Esta delineación se encuentra intrínsecamente ligada a la estrategia y los objetivos organizacionales, para determinar con claridad quiénes son los encargados de cada actividad específica. Además, permite un seguimiento preciso de las tareas asignadas a las personas, ayuda a respaldar la toma de decisiones sólidas y fomenta la reducción de riesgos que pueden afectar a la actividad empresarial.
La asignación clara de roles y responsabilidades es esencial para establecer la estructura operativa de una empresa. Al definir quién es responsable de cada función, se crea un marco sólido que no solo facilita la coordinación entre equipos, sino que también optimiza los procesos internos. Esta claridad no solo delimita las áreas de acción de cada individuo, sino que también establece un sistema de rendición de cuentas, lo que contribuye a una cultura organizativa basada en la responsabilidad y la transparencia. Esta transparencia, a su vez, fortalece la confianza dentro del equipo, lo que es crucial para el funcionamiento armonioso y efectivo de la empresa.
La segregación de funciones no significa aumentar controles, sino implementar controles efectivos que eviten que una persona tenga roles duplicados o múltiples responsabilidades, lo que aumenta los riesgos. Se está abandonando la idea inicial de la asignación de funciones por simples cumplimientos legales y/o regulatorios, ya que actualmente, las empresas ven en esto una oportunidad para mejorar su control interno, minimizando riesgos en procesos estratégicos, críticos y de apoyo.
Además, esta práctica de segregación de funciones no solo se limita a la distribución de tareas, sino que también se centra en la creación de una estructura organizativa más eficiente. Al separar claramente las responsabilidades, las empresas no solo reducen la posibilidad de fraudes o errores involuntarios, sino que también fomentan una cultura de claridad y responsabilidad dentro de sus equipos. Esto se traduce en una mayor confianza por parte de los inversores, clientes y reguladores, fortaleciendo la posición de la empresa en el mercado y mejorando su reputación en términos de integridad y buen gobierno corporativo.
La definición de funciones requiere manuales claros de procesos y funciones para asignar y reconocer adecuadamente los roles de cada individuo en la organización. Los colaboradores deben comprender dónde comienzan y terminan sus responsabilidades y dónde las de sus compañeros de trabajo.
Estos manuales no solo establecen las responsabilidades básicas, sino que también delinean las intersecciones entre diferentes roles y cómo se entrelazan para lograr objetivos colectivos. Es esencial que cada miembro del equipo entienda cómo su trabajo se relaciona con el de los demás para fomentar la colaboración y evitar superposiciones o vacíos en las funciones. Además, estos documentos no solo sirven como guía inicial, sino que deben actualizarse periódicamente para adaptarse a cambios en la empresa, nuevos proyectos o evolución en las funciones individuales.
En resumen, la comprensión y definición de roles y responsabilidades para determinar las mejores prácticas y el respaldo en unidades de segunda línea de defensa, son estratégicamente infaltables, para desarrollar y facilitar la transformación empresarial que hoy en día se requiere.