Aumento del trabajo remoto, ¿Renacimiento rural basado en la nube?
Postado por Sridhar Vembu, CEO de Zoho em 15/09/2020 em ArtículoSuele ocurrir que las personas, ya sea por necesidad o por un deseo de nuevas oportunidades, abandonan las zonas rurales de su país, lo cual pasa cada vez con mayor frecuencia.
De hecho, en 2018 la Organización de las Naciones Unidas (ONU) proyectó que para 2050, más de 2.500 millones de personas vivirán en ciudades de todo el mundo, con China, India y Nigeria liderando los primeros lugares de esa tendencia.
En consecuencia, y como escribe el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU: ‘Muchos países enfrentarán desafíos para satisfacer las necesidades de sus crecientes poblaciones urbanas, tanto para vivienda, transporte, sistemas de energía e infraestructura, como para el empleo y servicios básicos, así como la educación y la atención médica’.
Sin embargo, la tecnología parece brindar una solución sencilla para este problema: alentar el trabajo remoto y revitalizar las zonas rurales de todo el mundo. A través de los avances en comunicación y colaboración, el mundo podría revertir la proyección mencionada y restaurar tanto el orgullo como la practicidad de vivir fuera de las grandes ciudades.
Necesitamos alentar comunidades y economías locales fuertes y autosu?cientes en todas partes. La recesión actual va a desa?ar muchos supuestos sobre la naturaleza del trabajo y sus efectos ayudarán a remodelar el mundo entero, comenzando por las grandes ciudades donde los salarios no son proporcionales con el costo de vida de los empleados.
Es importante resaltar cómo las economías de escala están logrando niveles más bajos en la producción. Esta tendencia tecnoeconómica da cuenta de que la producción a menor escala es muy factible, por lo que al combinar esta tendencia con una sólida estructura de banda ancha, se logrará ver un renacimiento de las ciudades más pequeñas.
Como si fuera poco, un pronóstico para las redes 5G dado por International Data Corporation (IDC) proyecta que el número de estas conexiones de alta velocidad se disparará de 10 millones de 2019 a más de 1.000 millones en 2023. Con la infraestructura de red 5G extendida en cuestión de unos pocos años, conexiones de internet de banda ancha llegarán a más zonas rurales y facilitarán aún más el trabajo remoto.
Resolviendo el problema de la urbanización
A raíz de esta pandemia, en Argentina (al igual que en el resto del mundo) se ha adoptado una visión más favorable respecto del trabajo remoto y una mejor comprensión de las herramientas necesarias para facilitar el teletrabajo. La expansión y retención rural también podría ayudar a impulsar la agricultura, una industria que se ha identi?cado como un pilar para los años venideros.
Si bien algunos dirán que esta transición comenzó mucho antes del COVID-19, la pandemia ha reiniciado las conversaciones acerca de la urbanización, el trabajo remoto y las economías globales pesadas. Además, porque las epidemias tienden a ser más peligrosas en entornos urbanos densos, de modo que este tipo de movimientos tienen sentido.
A través de la institucionalización de herramientas de trabajo remotas, las empresas pueden transformarse digitalmente de manera efectiva. Pueden tomar decisiones más rápido, delegar la responsabilidad y la rendición de cuentas en sus organizaciones, y permitir que emerjan y contribuyan talentos raros y tímidos.
Revivir con éxito las zonas rurales de todo el mundo debe ser un esfuerzo conjunto, tanto de empleadores como de empleados. Esta idea de que las grandes ciudades tienen que crecer es incorrecta, y si las empresas pudieran cambiar su forma de pensar acerca de dónde necesitan vivir sus empleados, podrían ver un gran crecimiento operativo y ?nanciero.
Para los empleados, el valor de permanecer en las zonas rurales es obvio: el costo de vida es bajo, las personas pueden permanecer cerca de la familia y contribuir a la naturaleza de su país. Lo que necesitan las empresas que buscan trabajadores remotos en las zonas rurales es divulgación, y nuevamente la tecnología está allanando el camino para que las empresas se conecten con personas en comunidades desatendidas y las recluten para este tipo de trabajo.
Somos la primera generación en experimentar la banda ancha, lo cual resulta como la primera generación después de la imprenta. No podemos conocer todos los cambios que sucederán, pero ya tenemos un vistazo: pequeños grupos de trabajo que se propagan. Quizás la conmoción del COVID-19 será el catalizador de este cambio, reequilibrando las ciudades y restaurando la identidad, la dignidad y el propósito de nuestras áreas rurales.